lunes, 27 de mayo de 2013

Reseña “Baraka”.

Reseña “Baraka”.

Baraka es un documental filmado en 24 países, dirigida por Ron Fricke, la producción estuvo a cargo de Mark Magidson, música y sonido Lisa Gerrard, Brendan Perry, Michael Stearns, Inkuyo, John Morris y Matthew Iadarola; narra de manera visual y musical el contraste entre las culturas ancestrales y las actuales, se ven algunos rituales religiosos tanto de oriente como de occidente en los cuales se puede identificar el uso trasversal de algunos elementos que al parecer propician un ambiente espiritual, tal es el caso de riegos, sahumerios y la utilización de libros guías; la palabra también se identifica en esta primera etapa del documental en el ejercicio de estos actos de espiritualidad, es como si el imaginario de espiritualidad superior diera por revelación o presunción a las diferentes culturas del mundo el conocimiento del poder de la palabra en sus diferentes usos, bien sea en sentencias, en cantos o predicaciones.

La imponencia de la creación de Dios desconoce el sectarismo de la mentalidad humana y se ve reflejado en que el sol, el agua y los animales no distinguen corrección o transgresión y se brindan incondicionalmente a un círculo de eventos llamado vida; de lo cual surge inherentemente una pregunta ¿a dónde pretende llegar el ser humano al alterar ese ciclo natural? tomamos con gula todos los recursos naturales, como sí todo fuera enmarcado en el afán y la ansiedad, estos dos factores son el combustible del mercadeo en el mundo actual, este se ha encargado de alienar a tal punto el pensamiento, que para una persona habituada a la ciudad ya resulta tedioso ir a zonas rurales; el desarrollo es inherente a la condición humana, pero ¿a qué precio? ¿De qué manera? 

El fin podría ser otro, tal vez, inclusive más fantástico y futurista si el recurso natural se le diera un manejo mesurado. 

Al ver las escenas de las urbes se genera una fatiga increíble, toda la clasificación de sus individuos es por aspectos, hemos amarrado nuestras vidas a un atuendo, se ha permitido instaurar preceptos académicos en contra de quien no puede o no le interesa adquirirlos, es decir, la misma academia por inercia se ha convertido en elemento discriminatorio y excluyente; las fabricas parecen campos de concentración y no permiten al individuo vivir, si bien la labor es propia del desarrollo humano, en países en “vías de desarrollo” dicha labor no es menor a ocho horas en el mejor de los casos, gran parte de la humanidad está asentada en oriente y esa misma condición los lleva a ostentar una condición tan similar a la del esclavo; esencial alerta para los pueblos de occidente, los cuales aún en la mayoría no tienen el problema de hacinamiento tal como el de China y sin embargo ya sufren algunos fenómenos de deterioro en las condiciones básicas de vida.

La musicalización y los sonidos como la velocidad de reproducción de la película tanto de el inicio del documental como en el desarrollo de las escenas de ciudad tienen un ritmo diferente en torno a lo que se quiere resaltar por parte del realizador, pues sumado a la condición de pueblos ancestrales de lento proceder se suma una musicalización sosegada y un manejo de cámara con desplazamientos lentos, esto da como producto una sensación de relajación, totalmente diferente a las escenas de ciudad en donde tanto el sonido como la imagen se aceleran incrementando la sensación de fatiga, cabe resaltar el manejo audiovisual de la escena donde las personas están escarbando en la basura para encontrar algo que les pueda servir de alimento, en esta escena la música se torna enternecedora, los coros otorgan un semblante de desolación y la voz líder de la pieza transmite un refuerzo de desesperanza a la escena visual, que la verdad…el espectador queda al límite del cuestionamiento vital. 

Parece que el ser humano tuviera todo un set de sonidos en el cerebro bien sea fundado por otros o inherente a si mismo, hay escenas que se ven soportadas con audio sugiriendo una exaltación a lo visual, es el caso de las tomas panorámicas a los aviones o a los posos petroleros acompañadas de bajos profundos y de gaitas escocesas, ofreciendo a la escena una solemnidad y semblante de poderío, tal vez superior al de la escena en sí. 

Es desconcertante el paseo audiovisual del aparte del holocausto, las aproximaciones de la cámara, el simultáneo refuerzo de la intensidad en el sonido…el eco, el cual motiva la sensación de espacio o abandono, las voces con filtros reverberados y monosílabos cantados que se cuelan dentro de los escenarios como paseando el dolor y diciendo “si el diablo existe, éste paso por aquí”…en fin, otorga un semblante sombrío, sobrecogedor y de reflexión. 

Las escenas de las ruinas narran el carácter etéreo y pasajero del ser humano en la condición corpórea y nos muestran que por más brillante que sea el fruto del trabajo de nuestras manos, también está sujeto al deterioro y posterior abandono. 

Manifiesto es en el documental que todo lo que es, fue hecho de lo que no se veía y que el motor espiritual del ser humano es tan poderoso que daría para reorientar el caos en el cual nos ha sumido nuestros aciertos y garrafales errores; las escenas de las aguas o de las nubes nos recuerdan lo pequeños que somos y que si algo osamos tener en una similar dimensión, eso es nuestro espíritu, el cual ha dado para crear…tal cual a la imagen y semejanza del que nos dio vida, con la diferencia que el carácter de nuestra creación es notoriamente diferente. 

Sorprende ver como se realzan algunos colores depende del lugar, las costumbres de higiene también son particulares y propias de cada cultura, la fijación con las formas traducida en arquitectura, el manejo de la luz en las construcciones, el manejo de la cámara para promover dimensiones no contempladas a primera vista, el efecto día noche en los diferentes escenarios, las estrellas…espectacular. 

 ALEJANDRO FORERO CUÉLLAR.

Reseña “El hombre de la cámara”.

Reseña “El hombre de la cámara” 

Es una producción de Dziga Vértov precursor del género documental el cual a partir de una rapsodia de imágenes no pretende otra cosa que ilustrar las condiciones de vida para finales de los años 20 del siglo pasado, es de anotar los diferentes recursos mecánicos que utiliza para expresar algunas cosas cotidianas, por ejemplo, la secuencial apertura y cierre de la persiana conjugada con la reiterada toma de unos ojos, promoviendo en el espectador la percepción de parpadeo, también el enlace entre el funcionamiento del ojo y el símil visual que se hace con el lente de la cámara fotográfica. 

La imagen más impactante es el momento exacto del alumbramiento de un bebé, acto el cual es impactante en sí, cuanto más la inclusión del evento en la cinta para el año 1929, año de creación de la película. 

La musicalización juega un papel relevante en este trabajo pues otorga cadencia para promover un ambiente sosegado y placido en buena parte del documental o celeridad para generar la sensación de velocidad y por momentos fatiga o vértigo en la curva narrativa. 

Los aspectos arquitectónicos tales como el interior de bodegas y hospitales, las lámparas, las dilataciones pronunciadas en las fachadas de las construcciones, las solapas de las ventanas y puertas arqueadas circularmente transportan emotiva y sensacionalmente al espectador. 

La secuencia donde se sugiere el paralelo en los procesos de producción entre la tabacalera y la floreciente industria de las telecomunicaciones más allá de mostrar el proceso como tal, lo que permite ver son las condiciones laborales de las personas de la época y la inherente actividad del ser humano a partir del siglo veinte, conectar. 

El vestuario ancho y pesado presume unas condiciones térmicas de extremo frío, por ello es doblemente impactante ver a personas durmiendo en la calle en esas condiciones, ver una sonrisa espontánea en blanco y negro no es habitual y en ésta se aprecia a un joven obrero al cual despiertan y sonríe. 

La perpetuada imagen de la desnudez del torso de una mujer no dejará de impactar jamás, lo que resulta complicado dimensionar es el impacto de los espectadores de aquel tiempo, tanto como el impacto actual al ver las condiciones de higiene narradas en la película. 

Es, en pocas palabras un viaje en el tiempo y un despertar a la admiración en cuanto al desarrollo técnico, tecnológico e industrial del ser humano en menos de cien años, es casi increíble ver que ahora casi todo se hace de manera digital fruto de un análogo de lo mecánico o manual, tal vez este sea el mayor valor esencial de "El hombre de la cámara", perpetuar y referenciar el entorno socio-antropológico de la alborada de los medios audiovisuales. 

 ALEJANDRO FORERO CUÉLLAR. 

Reseña "Iván el terrible".

Reseña "Iván el terrible"

Película dirigida por Sergei Einsestein, su título original es Iván Grozhnyy, está clasificada como película de acción y tiene una duración de 99 minutos, su actor principal es Nikolay Cherkasov. Fue auspiciada por la federación Rusa y busca ilustrar la historia del primer zar de Rusia, él tuvo que sostener enfrentamientos militares contra sus enemigos del interior y del exterior para crear un estado fuerte y moderno. 

En 1547, a los 17 años, Iván es coronado zar en la catedral de Moscú por el patriarca Macario, esto fue después de 14 años pues lo habían nombrado como zar desde que tenía 3 años. El apoyo de la Iglesia ortodoxa confirió al acto un estado sagrado que sería la base de la autocracia zarista. En el interior, para combatir a los boyardos, fundó la Oprichnina, milicia muy fiel, gracias a la cual los nobles rivales políticos directos fueron asesinados o deportados, y sus tierras confiscadas y distribuidas entre los miembros de esta milicia. 

Nacía así una nueva aristocracia, que sirvió ciegamente al zar a cambio del bienestar para sus familias a partir de la retención en propiedad de grandes extensiones de terreno y contribuyó a consolidar su poder. 

La película como tal no luce divertida, ni siquiera entretenida, pues la construcción estuvo notoriamente más inclinada a la composición de las escenas lo cual estéticamente es una muestra inequívoca de excelencia, pero, en aras de defender o promover si se quiere la prolijidad de su producción, se deja de lado la calidez de su curva narrativa, muestra de ello es que hay escenas tan elaboradas que parecen comerciales, es decir, pequeñas historias, pequeñas piezas comunicativas pero la secuencia de la película se da de manera segmentada y en consecuencia forzada. 

En ese orden de ideas se puede realizar una lectura en su naturaleza, segmentada; hay escenas tan elaboradas como el caminar de fondo del ejército Ruso frente a la barba de Iván en un primer plano, tal vez queriendo hacer una comparación con la narración de la unción de aceite en las barbas del patriarca Abraham el cual desciende hacia su pueblo llenándolos de gracia y aprobación. 

El manejo de la luz en procura de magnificar las siluetas a partir de sombras y/o perspectivas es admirable, la gesticulación de su elenco, la actuación tiránica de su protagonista, el actuar de los antagonistas con odio ciego y manifiesto marca una historia de origen político, pues solo con el prisma religioso o político puede sentenciarse un guión imputando posiciones radicales y amañadas, seguramente si la historia hubiese sido relatada y producida por descendientes de los boyardos otra versión se entregaría. 

El vestuario y la distribución de los elementos que participan en cada una de las escenas se muestran con una disciplina propia de un régimen como el ruso, impecable, sin dejar detalle alguno al azar; la solemnidad, opulencia y desmedido protoco,lo muestran la cara perversa tanto de la naturaleza del poder, cuanto más, en la sociedad europea, de quienes el mundo entero ha heredado un culto sin fondo alguno hacia la ceremonia, a la magnificación de la forma en la promoción de la estética acompañado del accionar político y militar implacable contra el más débil han hecho de historias como la narrada en esta película una muestra más de un inmenso accionar colectivo instigado por pequeños grupos con músculos políticos, económicos y militares, tal vez no exista persuasión… quizá la necesidad, negligencia y comodidad, ponen punto final a un conflicto de siglos.  

El maquillaje también ofrece un semblante sombrío, calculador y de sagacidad a sus personajes, el maquillaje sumado a la utilización de la luz otorga una sensación marcada de manera si se quiere exagerada y contundente al momento de las confrontaciones y sentencias. Reitero, la película me obliga a realizar una lectura segmentada de una obra que sin lugar a dudas tiene un trabajo estético, conceptual y técnico incomparable, pero totalmente distante de ser una historia cautivante. 

Alejandro Forero Cuéllar. 

Reseña “El último hombre”.

Reseña “El último hombre” 

El último hombre es una película de época dirigida por F.W. Murnau, la cual retrata la problemática de la discriminación, en este caso con una persona de la tercera edad caracterizada por Emil Jannings, quien a partir de su situación laboral ostenta una condición social apreciable en su entorno, el protagonista cumple la labor de portero en el hotel Atlantic ostenta un uniforme el cual le regala una investidura casi militar tanto en su trabajo como en el vecindario. 

Este portero con semblante bonachón y mostacho prominente, se muestra como alguien ejemplar en su comunidad siendo notoriamente apreciado no solamente por sus compañeros de labor sino también por las personas del sector donde vive, en la escena en la cual auxilia a un niño deja ver su parte más sensible al igual que en la escena donde comparte con su hija previo a que ella se casa. 

El administrador del Atlantic hombre joven y delgado aprovecha una aparente irregularidad en el proceder del anciano para reemplazarle por un hombre más joven y fuerte, hasta este momento la película de naturaleza muda había estado acompañada de una música sosegada y cándida, pero la secuencia emocional se ve afectada y es cuando la musicalización entra a ser un sustento poderoso para lograr apoyar el drama sistemático que comienza a vivir el protagonista, él, dueño de una destacable calidad en la caracterización lleva su actuación a tener cercanía con gestos estridentes, fruto de la ausencia de la palabra, es bueno tener una versatilidad facial y un apoyo musical importante en procura de atrapar al espectador, cuanto más cuando para la época presumo la mayoría de las cosas son expeditivas, todo era una aventura sin mayor precedente. 

El sustento tanto del teatro como de la fotografía están latentes en esta película y es relevante mencionar que los movimientos de las cámaras para la época tuvieron que ser complicados toda vez que estás pesaban mucho en ese tiempo, también es importante reconocer la creatividad que acompañó a los realizadores, pues los efectos para escenificar tanto el ambiente de sueño como de delirio de borracho debió demandar creatividad en virtud de los recursos vigentes a esa fecha.

También se puede observar que la naturaleza descriptiva de ésta película obedece a una tendencia conocida como el expresionismo alemán y se evidencia que algunos comportamientos sociales prevalecen como es el caso del chisme que, aunque ridiculizado, no dista de los patrones actuales de la murmuración en las diferentes esferas de la sociedad, trayendo consigo los mismos efectos que se pueden ver en la película, es decir, hasta dónde puede llegar un grupo de personas con el ánimo de acabar de manera coordinada a otra persona, simple y llanamente porque, cómo citó Charles Chaplin “Ríe y todos reirán contigo, llora y todos te darán la espalda”.

Desde entonces ya se veía una columna vertebral para la narrativa en los medios visuales, es decir, la curva del drama que se expone en ésta película es la misma que se puede ver en la mayoría de producciones en la actualidad, introducción, con el ánimo de contextualizar al espectador, desarrollo para escenificar el dilema central de la obra, y desenlace, con el propósito de concluir y reforzar las sensaciones de la obra en el espectador. 

Al ver la relación entre el hombre y su uniforme y entender la investidura no solamente física sino mental que le otorgaba, queda una pregunta, cuál es el uniforme de cada uno de nosotros, cómo nos permite vernos, cómo creemos que nos ven y hasta dónde nos brinda un posicionamiento social, pero en que momento se convierte en ancla y bloquea el andar. 

La película muestra los paradigmas de orden social e individual que existen o pueden surgir e invita tácitamente a la reflexión...cuál es mi investidura. 

Alejandro Forero Cuéllar. 

Reseña "El ladrón de bicicletas".

Reseña "El ladrón de bicicletas".

Es una película italiana dirigida por Vittorio de Sica, el guión estuvo a cargo de Suso Cecchi D´Amico y Cesare Zavattini, la producción es fruto de una adaptación de la novela Ladri di Biciclette de Luigi Bartolini. La secuencia narrativa de la película es muy bondadosa con el espectador, el manejo de la cámara, la definición del blanco y negro, los escenarios escogidos ofrecen una historia atractiva y fácil de digerir. 

Gran parte de la película es narrada en exteriores y eso le aporta una transitoriedad de sensación muy buena, de esta manera la ambientación escena tras escena no recae única y exclusivamente en la música y/o los efectos sonoros, la naturaleza dramática del relato sumada a la desalmada sensación de una ciudad indiferente refuerza el momento crítico por el que pasa el protagonista. 

Se entiende que el contexto social de la película es de post guerra y en consecuencia las condiciones sociales no son las mejores, se evidencia el notorio deterioro de los servicios públicos y el aspecto de las edificaciones, como también de la mayoría de las personas, en la primera escena se puede evidenciar, a un grupo de personas en una situación de extrema necesidad por conseguir empleo.

El protagonista logra ser tenido en cuenta para el trabajo y para ello requiere necesariamente contar con una bicicleta, infortunadamente la de él se encuentra empeñada generando el primer acoso de la película, es aquí cuando la producción logra integrar al espectador en un pequeño drama por el que la mayoría de personas han pasado y es tener que afrontar paradojas al momento de aspirar a algo, casi que matemático es el hecho que tiempo después esa situación se convierte en anécdota, en el primer día de trabajo y tras haber hecho una proyección familiar bastante provechosa de lo que iban a poder hacer con el dinero del pago, el protagonista inicia labores es aquí cuando viene una escena inolvidable y es el paseo de la cámara acompañando a los hombres, cada uno en su bicicleta escalera al hombro logran transmitir esa esperanza matutina de la clase obrera mundial que reza que con cada amanecer siempre habrá más allá de algo por hacer, algo por lo cual luchar, en ese mismo sentir el hombre llega a la zona de trabajo que le asignaron, hasta ese momento ha transcurrido buena parte de la película lo que da a pensar una pregunta con alguna desconfianza ¿y qué será la vida del Ladrón de Bicicletas? 

Pues es precisamente ahí cuando el protagonista está solo subido en una escalera y el ladrón ataca y le hurta su medio de transporte, es a partir de este momento donde inicia un viacrucis con su propio José de Arimatea, es decir su hijo de aproximadamente 10 años quien en todo momento le acompaña en la búsqueda de la bicicleta, los dos caminan desde un punto de comercialización de partes de bicicleta hasta un vecindario donde aparentemente vive el delincuente, durante todo ese tiempo y todo ese trayecto viven todas las etapas de la angustia e inherente presunción, la producción logra involucrar al espectador en un drama extenso, siempre esperanzador…la interacción del público al momento donde se comienza a mostrar la seria intención del protagonista en robar la bicicleta para poder trabajar, demuestra el asentimiento, solidaridad y caridad que despiertan padre e hijo en los espectadores. 

Es verdaderamente enternecedora y muy bien lograda, la historia está bien narrada, las tomas, la mayoría de ellas con unos desplazamientos novedosos para la época, es sin duda alguna una película que hay que tener en la colección. 

Alejandro Forero Cuéllar. 

Reseña "El soldado anónimo".

Reseña "El soldado anónimo". 

El soldado anónimo o también conocida como Jarhead es una película estadounidense estrenada en 2005 dirigida por Sam Méndez y protagonizada por Jake Gyllenhaal en el papel de Swofford. El título hace referencia a la forma coloquial con la que se denomina a los marines, "cabezabotes", debido a la aparencia otorgada por el corte de pelo militar típico de los marines.

Esta película escenifica el drama vivido por los soldados norteamericanos en desarrollo de la operación tormenta del desierto, conflicto bélico propiciado por Estados Unidos en 1991 el cual buscaba expulsar de suelo de los Emiratos Árabes Unidos a las tropas invasoras de Irak quien por esos días estaba gobernada por el dictador militar Saddam Husein, él fue quien dio directamente la orden de ocupación del emirato ubicado en la península arábiga.

De esta manera llegan las tropas al sitio de batalla, pero más que el drama propio del combate la trama de la película hace énfasis en la crisis del individuo lejos de su familia de su cónyuge o novia, lejos también de sus sueños, aspiraciones y demás cosas inherentes al lugar de origen, cuanto más, a precio de un conflicto bélico el cual obedece a intereses ajenos e inentendible en la mayoría de los casos.

El hacinamiento en la base instalada en el desierto supone una situación social compleja pues al encontrarse solos entre hombres se comienzan a generar algunos trastornos en el comportamiento, pues por largas jornadas quedaban desocupados aún cuando entrenaban arduamente el ocio los fue carcomiendo y poco a poco los llevo a tener una rutina de profundos cuestionamientos con su nación, con Dios y consigo mismos.

Tal vez una de las escenas más fuertes es cuando se encuentran en una zona común en la cual veían películas y el soldado más entusiasta con la función, activa un viejo formato vhs con la sorpresa que en el video en lugar de una película aparecía su esposa sosteniendo relaciones sexuales con el vecino, el soldado entra en una crisis inmanejable y entre la burla y solidaridad que brindaban sus compañeros se alcanzaba a escuchar en la grabación a forma de reproche la voz de la esposa preguntándole de manera irónica “ahora ¿quién es más infiel, maldito? Esto por citar una escena en particular, pues toda la película transcurre en medio de recuerdos y proyecciones propias de una persona en una situación tan apremiante como estas en donde el único contacto con la civilización eran los exacerbados discursos motivacionales de los comandantes quienes a partir de la promoción de un sentimiento nacionalista realizaron un lavado de cerebro apenas necesario para hacer creer a una persona que asesinar a otra es normal en aras de defender los intereses de...¿quién?

Esa es la penosa síntesis de las guerras, muchos defendiendo a pocos a precio de petróleo o de minerales, mañana tal vez a precio de agua.

La narración es de una celeridad interesante y la caracterización de la angustia y fatiga por momentos llegan a transmitir el cansancio del personaje a tal punto que se siente compartido; los efectos especiales tales como el vómito de arena queriendo caracterizar el tedio y calor de la situación enriquecen la producción.

Alejandro Forero Cuéllar

Reseña "El ciudadano Kane".

Reseña "El ciudadano Kane".

El ciudadano Kane es una película estadounidense de 1941 dirigida, escrita, producida y protagonizada por Orson Welles. Es una de obra maestra de la historia del cine, su aporte en particular fue la innovación en la música, la fotografía y la estructura narrativa. Esta película ganó un Óscar al mejor guion original para Herman J. Mankiewicz y para Orson Welles. 

Ese sería el único Óscar conseguido por Welles en toda su carrera, a excepción del honorífico de 1970. También estuvo candidatizada al Óscar en otras ocho categorías: película, director, dirección artística, actor principal, fotografía, banda sonora, sonido y montaje, de esto se puede afirmar que fue y sigue siendo una súper producción en todo sentido, pero la narración en particular hace ver a los otros aspectos como simples herramientas muy bien utilizadas. 

El hecho de alternar los tiempos narrativos conforme el periodista desarrollaba sus entrevistas le otorgan un ambiente envolvente y genera una intriga continua y llena de suspenso, las diferentes suposiciones que pueden llegar a desarrollarse es lo que permite estar en todo momento pegado a la película. El guión es de esos pocos escritos que se ajustan para ser narrados en imagen y queda la sensación que no les sobra ni les falta nada, la calidad de las tomas, los picados y contrapicados, la utilización de las sombras para generar ambientes más solemnes, todo esto hace del ciudadano Kane una película espectacular. 

Es importante anotar que ese gancho de la palabra “Rosebud” se convierte en el tesoro escondido y al tornarse tan complejo el poder identificar su significado los elementos narrativos propuestos para su hallazgo deben ser cuidados con sumo cuidado, me llama poderosamente la atención que el Señor Orson Welles creador casi que por completo de todo aspecto de la película no hubiese tenido una carrera más llena de laureles puesto que el hombre luce genial con esta película. 

Los múltiples reconocimientos especialmente los que apuntan a catalogarla como la mejor película de la historia hacen de esta producción una pieza la cual no se puede dejar de tener en la colección y mucho menos dejar de recomendarla; seguro que especialmente para las personas que han tenido contacto con el cine convencional, es decir, comercial a color, con bala y uno que otro acto inoficioso de reproducción, encontrarán en el Ciudadano Kane una muy buena opción para entender de dónde viene esta maravilla llamada cine. 

Alejandro Forero Cuéllar.